Quizás los adverbios 'no y 'nunca' nos han acompañado todo este tiempo y es hora de darme cuenta. Te fuiste, se fue el barco, el tren, la oportunidad.. y aunque siga preguntando cada día por qué no te besé, ya no hay vuelta atrás. Cuando ya creí que te había olvidado, te recuerdo 13 veces al día y aún sigo sonriendo cuando dicen tu nombre.. Ahora, más que nunca, lo reconozco. Ahora, menos que nunca, te quiero. Porque aún sigues siendo un reto y un mundo por descubrir.. pero solo tú conseguiste apartarme del camino. Esta bien, siempre que tu fuiste la piedra que me hacía tropezar.. y caminaré por ríos, bosques.. con tal de olvidarte. Y sé que costarás, y puede que no lo haré. Porque, al fin y al cabo, me acostumbré a caer.. y aunque las caídas duelen, hiciste que cada vez valiera la pena.
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