domingo, 15 de mayo de 2011

Nunca es tarde

Sea la hora que sea, es tarde para ser un niño..y aún sigues apoyándote en aquel retablo de madera evitando pensar que tu propio peso podría partirlo. Y te coges, sin miedo, con fuerza y firmeza..una mano a cada lado. La verdad por delante y el pasado atrás. Comienzas el primer movimiento, balanceas el cuerpo y poco a poco.. el ritmo de la noche entra en tu sangre. Los recuerdos vuelven, el pasado va.. y entre el olor del cesped recién cortado y el viento, que aún roza tu cara despreocupado, te envuelves sin necesidad de envoltorio y te ríes sin necesidad de risa. Tu cuerpo flota y, apoyada en dos bases, aún crees que estás volando. Recuerdas cuando jugabas a llegar a lo más alto sin necesidad de más esfuerzo que un par de impulsos, cuando perdías el tiempo contando las casas que se veían a lo lejos.. y las estrellas. Toda aquella ciudad oscura, y una luna era suficiente para alumbrarlo todo, todo un mundo de personas y un columpio era todo lo que necesitabas. Y la luna se posaba, tranquila y sin prisa, justo en frente..tú cerrabas los ojos y creías que podías tocarla. ''Un poquito más y llego'' Aún envidio ser como ella y creer en lo increíble.. abrir los ojos, sonreirle a la luna y contarle que algún día llegarás a verle. Poner toda tu fuerza para llegar más alto, y mover las piernas más rápido para lograrlo. Y cada vez, formando una parábola más amplia, también creando una nueva gama de sueños. Soltar despacio, con cuidado, una de las manos y esperar a que las cuerdas se pierdan en el horionte para así, separarla con miedo hacia la nada creyendo que llegarás a tocarla. Cuando el viento, cada vez más fuerte, acaricia tus mejillas, tus ojos se llenan de lágrimas del frío y tu corazón, que late cada vez más rápido, se convierten en una reconpensa más que en un castigo, es entonces cuando vale la pena.. cuando paras, y te dejas llevar cada vez más lento..dejando que la gravedad haga su parte del trabajo, entonces sueltas las manos, pies a tierra, pese a que tu cabeza siga en las nubes. Sonríes, 'casi llegas' piensas.. y te retas a que el próximo día, con un poco más de suerte, la luna sea buena y te deje acariciarla. ¿Sabes? No me hagas caso, sea la hora que sea, nunca es tarde para volver a ser un niño.

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